“Platón temía que los espíritus mal formados a cargo de su propia existencia política condujesen a la decadencia y la licencia desenfrenadas, pero hoy en día el peligro es más evidente y más preocupante: el fascismo que viene de la gente (authored by the people) Cuando los no-demócratas se alojan en las cáscaras de la democracia, agobiados por el miedo y la ansiedad ante un panorama global cada vez más limitado, ignorando los poderes que los sacuden y organizando sus deseos, ¿cómo se puede pretender que voten y luchen por su propia libertad e igualdad, ni mucho menos por las de los demás?.
Tenemos por un lado, entonces, la gente que no aspira a la libertad democrática, y por el otro lado las democracias que no queremos --gente «libre» que posibilita el poder de las teocracias, imperios, atroces sistemas de limpieza étnica, comunidades cerradas, sociedades estratificadas por origen étnico y condición de inmigrante, constelaciones posnacionales del neoliberalismo agresivo, o tecnocracias que prometen curar los males sociales soslayando los procesos y las instituciones democráticas--. Las dos posibilidades tienen su propia forma -éste es el problema de la gente que pone su propia satisfacción cortoplacista por encima de la conservación del planeta, que valora la seguridad falsa e ilusoria más que la paz, y que no tiene ni la menor inclinación por sacrificar sus placeres u odios por el bien colectivo.” "Hoy en día, somos todos demócratas." Wendy Brown en “Democrácia, ¿en qué estado?”