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by gcisnero54
on 3/5/10
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@infoCIUDADANO #1X1 #25A D:Me subieron la pensión pero…
Monday, May 3, 2010 8:23 PM
From: "Secundino Camacaro"
Me subieron la pensión pero…

Humberto Seijas Pittaluga

A esta materia me referí ya hace aaaaños, cuando el doctor Caldera subió nuestras pensiones para compensar la inflación. Pero, como a cada rato me llama alguien a decirme: “Estás buchón”, tengo que retomar el tema echando el mismo cuento de hace más de una década.

Durante la Revolución Francesa hubo un militar de apellido Lefebvre. De sargento y, por su valentía durante la guerra contra las potencias europeas, fue ascendiendo hasta llegar a comandante del Ejército y a gobernador de París. Con Bonaparte llegó a recibir el título de duque y el grado de ma­riscal.

Ya siendo noble, recibió la visita de alguien que no podía ocultar la envidia que sentía por el mariscal. "Así que estás celoso", le dijo éste, "Tres bien, mon cher ami; salgamos al jardín y yo te dispararé veinte pistoletazos a treinta pasos. Si quedas in­demne, te puedes quedar con la casa y todo lo que contiene. A mí me dispararon más de mil veces a esa distancia antes de poder te­ner una residencia como ésta".

Esa es una de las razones que pueden ser alegadas a favor de un buen sueldo para los mi­litares: los riesgos físicos que se corren. En mi caso, cuando estuve activo re­cibí fuego hostil varias veces mientras servía en la frontera y en contra-guerrillas; un mes de hospital, herido de granada, me calé; me tocó desarmar a subal­ternos alzados; sufrí fracturas de brazo y pierna en actos del servicio; mi lancha estuvo a punto de zozobrar mientras patrullaba por el Golfo de Venezuela; y hasta un he­licóptero en el que viajaba se desplomó (de poca altura, gracias a Dios) por fallas.

Pero en esta oportunidad no se nos está reconociendo a los militares ese riesgo que es intrínseco de la profesión. Se nos está dando apenas una migaja. Porque existe una diferencia entre cómo se trata al resto de la fuerza laboral y a nosotros. Aquélla cada año recibe “aumentos generales de sueldos y salarios”. Aunque tal frase es un eufemismo, porque el decreto sólo trata de acercar a los trabajadores al promedio de encarecimiento de la vida y mantenerlos iguales de pobres. Recuerden que este régimen hará cualquier cosa por ellos, menos acabar con la pobreza. Como los retirados de la Fuerza Armada no podemos hacer huelgas, Elke Tekonté nos tuvo cuatro años sin reconocernos la pérdida de valor del bolívar. Y si en ese tiempo la inflación acumulada rondó el cien por ciento, habrá que concluir que las pensiones que nos van a pagar nos dejarán más pobres de lo que éramos hace tres años. Con el añadido de que nos ponemos más valetudinarios; por lo que el aumento se va en comprar medicinas. Porque, desobedeciendo una ley más, el régimen no cumple con la norma que nos garantiza el derecho a la “salud integral”. Y tenemos que meternos la mano al dril para pagar los medicamentos.

Y a otra cosa, mariposa

La semana pasada, el inefable señor Agüero afirmó en su escrito que en el desfile, los grupos “tradicionales de la cultura venezolana” demostraron “sincronizació n y precisión interpretativas”. Habló también de “las vistosas coreografías, vestuarios y armoniosos sonidos”. Dejando de lado la penosa sintaxis de don Héctor, uno tiene que refutarlo. Si algo resaltó por encima de toda la vulgaridad en esa grosera exaltación al rojo-gorilismo, fueron precisamente los falsos indios enguayucados y demás expresiones “populares” de mediocridad. Con decir que Yolanda Moreno, al ver el desorden de los bailadores de joropo, debe haber sufrido horrores.

Cedo el resto del espacio a algunas personas que me escribieron:

Un ingeniero: “...aquello parecía más bien (...) un sambódromo tapa amarilla, del peor gusto, (...) Y luego el desfile militar (...) mujeres en minifaldas y botas, enseñando sus tuquitos de piernas, (...) y oficiales más adornados que autobús de Güigüe (...) lo más cómico del asunto fue ver al general (...) con guantes rojos y más medallas que la Virgen de El Valle

Una esposa de militar critica asuntos de protocolo: “La Presidenta de la Republica de Argentina abanicándose (...) ante los restos del Libertador. A mi me enseñaron que mientras uno esta al frente de esos ‘iconos’ de la historia (...) uno traspira en bruto pero ni se seca el sudor ni se ventila (...) la señora se abanico durante los himnos (...) Nuestras representantes de los poderes públicos (...) usando sendos lentes de sol dentro del Panteón (...) yo en cambio tenía que retirar mis lentes (...) apenas entraba a un recinto cerrado; en los desfiles, por respeto a los oficiales cuando hacían sus saludos (...) debía tener mi lentes en la mano. Definitivo el glamur y el buen gusto se acabaron”.

Luis Chataing, por Twitter: “Por su dicción, por su conocimiento de la historia nuestra ... tres maletines por su show.”

Y la mejor, de AA: “Te digo que lo único que faltó en el desfile fue una representació n de desempleados; que no los quisieron llevar porque si no todavía estuviesen pasando...” www.notitarde. com